Mari Leonelli tengo el alma es paz porque se hizo justicia

En el día después que se leyera la condena por el femicidio de Cintia Cerrudo Mari Leonel, su madre de Cintia Cerrudo converso con el noticiero de Gol Cable.

Nari como estas en el día después

Ayer fue un día duro, pero a la vez alegre para mí, contento para mi familia porque por fin se pudo hacer justicia por Cintia.

Siento que esta lucha de tres años y ocho meses no fue en vano. Creo que Dios estuvo de mi lado ayer porque si ni bien había muchas incertidumbres, gracias a Dios se pudo hacer justicia y bueno, ayer cuando escuché la sentencia fue una mezcla de emociones. O sea, primero me lloré todo y después me reía, sentía que tenía que, que estaba alegre también por la situación que estaba viviendo ayer, que al punto que, no sé, de rato me reía, pero me reía de la emoción porque en un momento me había frustrado.

Mari nos conto sobre los temores que tenía acerca de cómo terminaría todo

Yo decía, a ver si le dan la mínima, me muero. No, y gracias a Dios, bueno, creo que la justicia fue justa, que es lo que yo necesitaba porque la justicia realmente es la que paga con la cárcel lo que tiene que pagar

¿La actitud de Giunta te sorprendió?

El martes yo lo mínimo que esperaba de él es que le pida perdón a sus hijos, pidió una disculpa que ni él se la creyó siquiera, ni él se la creyó. No estuve presente en el lugar el martes, pero sí estuvo mi nieta y mi nieta con 19 años dijo, pero abuela, ni él se creyó en la disculpa que pidió, porque dijo disculpas, pero ¿a quién? No mostró arrepentimiento, no, para nada. para nada, entonces es la hora que pague lo que tenga que pagar.

El apoyo de la gente fue fundamental para Mari y ella así lo reconoce

A mí muchísima gente me pone en las redes, por privado me pone pena de muerte, no me sirve de muerte, él tiene que pagar lo que hizo entonces esta es la mejor condena que le pudieron haber dado, es perpetua y sin ningún beneficio, eso es lo que yo quería yo me llevé la sorpresa porque había gente que yo no sabía que iba a ir al lugar porque nunca me mandaron, puedo ir, aparecieron ahí, de hecho después que terminó también había gente afuera que llegaron  pero que no pudieron entrar, entonces yo igualmente Marcelo en estos tres años, ocho meses, yo me sentí muy acompañada por la gente,  familiares, amigos míos, amigos de mi hija, gente que no conozco, muchísima la gente de San Andrés de Giles sabía que la gente me quería, no sabía que era tanto, igualmente la gente me conoce, todo el mundo me conoce acá, todos nos conocemos, pero bueno, yo veo que mucha gente se pone del lado de mamá también, del lado de una madre, eso no es fácil, es muy difícil, porque te lo explico Marcelo, primero que me arrebataron la vida de mi hija delante de mis ojos, adelante de mis nietos, de sus propios hijos, entonces yo tengo esto, esto es así, mira, matan a mi hija y ahí arranca todo.

A Mari nadie le va a devolver la vida de su hija, pero al menos encontró un poco de paz dentro de su dolor

Yo esto lo agradezco a mi familia y a todos, esta lucha fue de todos, porque toda la gente me apoyó en las marchas, con un mensaje, con una llamada, con un whatsapp, venido a casa, toda la gente, hasta mí, ex patrones que he tenido, la verdad, me acompañan siempre.