Que las reuniones de vecinos son un problema ya no es ninguna novedad, en algunas sentido es comprensible que a esta altura de las cosas, haya gente que no aguanta mas el no reunirse con familiares y amigos. No esta bien pero pasa y es muy difícil de evitar. Pero de ahí a atentar contra la propiedad del estado, rompiendo cámaras de seguridad para no ser vistos, es un umbral que no es aceptable pasar.
El fin de semana pasado, la secretaria de inspección debió concurrir a varios domicilios y se realizaron infracciones por infracción a la reciente ordenanza de multas, algunas de ellas llegaron a los 80 mil pesos y fueron abonadas por los infractores. Sin embargo el hecho mas relevante se dio cuando el centro de monitoreo observo a una joven que arrojaba piedras a una cámara de seguridad, logrando dañarla, esta repudiable acción se dio para no ser descubiertos en una esquina donde se habían juntado a tomar cerveza.
Si embargo la joven fue identificada y se labraron las actuaciones y se esta tramitando en el Juzgado de Paz y se la multara, además de hacerle pagar el costo de los roto que tiene un precio en dólares. Estas actitudes violentas no se condicen con el estado de emergencia que se vive y su penalización es la única solución posible. Pandemia