Camino Giles-Azcuénaga / El perro que se muerde la cola

El camino Giles – Azcuénaga -Solís viene desde hace más de dos décadas ofreciendo una muestra bien certera de la decadencia de la burocracia. Luego de que se lo reasfaltara en el año 2009, en una obra que en su momento recibió numerosas críticas por la calidad de la obra. En ese momento la empresa contratista fue duramente objetada por el peronismo opositor por la sospechosa idoneidad de la empresa contratista.

Lo cierto es que la obra se hizo y duro algún tiempo sin ninguna complicación, pero llego un momento que en los lugares en donde el trabajo no se realizó con calidad se comenzó a romper. Como siempre pasa el estado dejo que el tiempo pase y el deterioro se hizo cada vez más evidente, los siniestros viales, las roturas y hasta las muertes a causa de los pozos fueron cada vez más frecuentes.

Azcuénaga, es una localidad que viene recibiendo la llegada de nuevos pobladores, de la mano del mercado inmobiliario que hizo de la tranquila localidad un refugio para gente de la gran ciudad que llego buscando la “tranquilidad” del campo, pero junto con ella también llego otra idiosincrasia. En enero del 2024 los vecinos de Azcuénaga comenzaron elevar su vos quejándose del estado del camino. En algunas reuniones desarrolladas en el Club Apolo se hicieron oír las quejas y las promesas de solución que llegaron en cuentagotas.

Un bacheo hecho de ratos por vialidad, que hacia una parte y se retiraba con la consecuencia impaciencia de los vecinos. Sin embargo, como un perro que se muerde la cola, el problema del camino no solamente es la decidía estatal, sino el peso de los vehículos de carga que lo atraviesan cada día, y en esto están involucrados los de “afuera” y los “locales” ambos por igual lo rompen.

Esta tarde, los vecinos volverán a reunirse en el Club Apolo, para debatir que hacer para que el camino sea reparado nuevamente, mientras que la municipalidad anuncio ayer la llegada de dos bateas de asfalto caliente, que traería vialidad para tapar algunos posos. Sin embargo, si no se toma una solución definitiva los problemas seguirán existiendo y el perro volverá a morderse la cola.