Renta diferencial, una norma que no acerca la solución
El Concejo Deliberante aprobó por mayoría una ordenanza que impondrá una
mayor compensación a quienes realicen desarrollos inmobiliarios en nuestro
partido, La ordenanza no fue acompañada por la oposición y recibe el rechazo de
quienes se dedican a estos tipos de negocios inmobiliarios. La necesidad de
tierras no es actual, hoy son miles las familias que necesitan tierra para
construir sus viviendas y hace años que esa lista solo sube, a pesar que se han
realizado diversos sorteos a través de los años.
La ordenanza, está encuadrada dentro de la ley de hábitat que establece que
el desarrollador debe aportar al estado entre un 10 y un 15 % de cada
desarrollo. Para el oficialismo no hay una modificación de la ordenanza que hoy
está vigente, sino que es una rectificación. La novedad es que en la nueva
ordenanza los martilleros estarán incluidos en el proceso, pues serán ellos los
que realicen las tasaciones a los efectos de establecer cuál será el porcentaje
de tierras a ceder. La oposición no acompaño con su voto, pero no esgrimió
ningún argumento serio que justificara el voto negativo. Juntos como ya es
común se opuso por oponerse y sin aportar ninguna cuestión de relevancia. La
oposición – en la figura del concejal Condesse – solo se apoyó en la bandera
esgrimida desde hace un tiempo por la oposición de oponerse a la “creación de
Impuestos”, un cliché largamente utilizado por Juntos que es este caso en
particular resulta bastante poco creíble. Nos se trata esto de ninguna manera
la creación de un impuesto sino utilizar la posibilidad que otorga una ley.
Hay que dejar en claro que esta nueva situación no le resuelve a los vecinos
su problema de hábitat en lo inmediato, ni siquiera en el futuro cercano.
Cualquier convenio urbanístico toma un tiempo considerable para poder hacerse
realidad, y el estado solo se hará con la tierra únicamente cuando el
desarrollista tenga la posibilidad de escriturar las propiedades y para eso no
hay plazos establecidos. solo la capacidad económica del desarrollador hará la
diferencia. Por eso discutir si está bien o mal un porcentaje mayor o menor de
tierras a ceder por quienes quieran desarrollar, hoy es bastante irreal. Los
tiempos de la burocracia que alejan de las posibilidades de acceso a la
población. Un claro ejemplo de esto se ve reflejado en la situación del
emprendimiento de viviendas sociales que el municipio tiene aprobado por el
gobierno nacional a través del plan PROCREAR 3, que estaría ubicada en el
barrio Familia Propietaria justo en frente del supermercado chino. Esta obra
que le daría vivienda a setenta familias de nuestra comunidad pero la licitación de la obra se cayó tres veces
por no haberse presentado oferentes, algo extraño si se tiene en cuenta que muy
cerca nuestro en San Antonio de Areco un complejo similar de noventa y seis
viviendas ya está en proceso licitatorio y se espera comiese a construirse
antes de fin de año.
El problema habitacional está lejos de dar resultados, el cono-urbanización
de la ciudad sigue avanzando, en donde vivía una familia viven dos, se sigue
construyendo viviendas en el fondo de las casas, se sigue profundizando el
hacinamiento de las familias. Sin dudas San
Andrés de Giles necesita una oficina de Hábitat, que se ocupe de conseguir
tierras no solo por convenios urbanísticos sino por adquisición directa. Los
municipios tienen acceso al crédito y de esa manera pueden hacerse de tierra
para convertirse en desarrollador y vender a quienes necesiten lotes a precio
social sin ningún espíritu de lucro, y no solo eso, también se tienen cifras
multimillonarias depositadas a plazo fijo que podrían usarse en parte para
comprar tierras que podrían ser comercializadas por el municipio entre los
vecinos, tampoco se propicia desde el municipio la creación de cooperativas.
Mientras tanto los vecinos esperan y lo hacen por años, viendo pasar la vida
sin poder conseguir un lugar para vivir. Hoy el costo de un terreno tipo
sobrepasa los seis millones de pesos, una cifra que casi nadie puede alcanzar,
así de grande es la desigualdad.