San Andres de Giles, la ciudad desobediente
En la tarde de hoy, el ministerio de salud de la provincia de Buenos Aires, confirmo a San Andres de Giles, entre los 69 municipios de la provincia que integran la FASE 2, con el fallecimiento de hoy se llego a los 81 vecinos muertos por covid.19 ( incluyendo a los que consigna el parte oficial, por haber fallecido en otras localidades). Hasta el cansancio las autoridades repiten el pedido de tomar los recaudos exigidos de no juntarse y utilizar el tapaboca, sin embargo los casos no bajan y desde hace ya muchos días están en los dos dígitos diarios. Distinta es la situacion en localidades vecinas, en donde se ha superado el impacto del golpe de las segunda ola y los casos son (en el peor de los casos) la mitad que los que registra Giles.
Causa y efecto
Nada de lo que la autoridad de salud dio por sentado provocarían las restricciones se cumplieron, lejos de baja los casos, se mantuvieron en un nivel muy alto, pero entonces ¿en donde esta el problema?, ¿Cuál es la causa por la que los casos no bajan?. las especulaciones son varias. En principio nos enfrentamos a la cepa Beta ( manaos ) que es 10 veces mas contagiosa, además de eso, los médicos cuentan que, una gran cantidad de vecinos infectados, mienten en los datos que se le pide, mienten en contar con quien estuvieron y de esta manera hacen imposible el seguimiento epidemiologico del contagio. Otro tema son las familias, muchas de ellas hacen caso omiso a las prohibiciones de juntarse, esto es fácilmente comprobable en las referencias que hacen comerciantes que todos los fines de semana reciben vecinos que compran comida en una cantidad mucha mas importante que lo que una familia puede consumir. Las pizzerías que reciben pedidos de pizzas que son evidentemente para el consumo de una gran cantidad de personas y cosas por el estilo.
Otra cuestión es el protocolo vigente, que obliga a una persona con síntomas a esperar 72 horas para un hisopado por la posibilidad de un «falso positivo», pero nadie controla con lo que sucede con esas persona en esas 72 horas que no siempre se aísla. También se lucha con situaciones canallescas, son muchas las referencias de personas que han avisado a sus empleadores tener síntomas y estos los han obligado a concurrir al trabajo, bajo la amenaza de perder, presentismos o premios por productividad. Todas estas situaciones descriptas no son la mayoría, la mayoría de los vecinos hacen las cosas bien, pero si la tendencia a la desobediencia no se termine, pasara mucho tiempo hasta que la ciudad pueda volver a algo parecido a la normalidad.
