destacadas

Los reductores de velocidad y su falta de uniformidad

Avenida España y Urquiza un semaforo y un lomo de burro conviviendo

San Andrés de Giles debe ser la ciudad con un récord único, un cruce de esquinas en la que conviven amablemente un lomo de burro y un semáforo. Se trata de la esquina de Urquiza y Avenida España, donde increíblemente el automovilista que circula por la calle Urquiza, al llegar a la Avenida España se topa con los dos mecanismos de control de tránsito. No es que los pusieran a propósito, sucede que primero llego el lomo de burro y años después el viejo y querido semáforo. Claro que cuando esto ocurrió a nadie en el municipio se le ocurrió pensar que ya el viejo lomo de burro no servía para nada y había que sacarlo y ahí quedo.

Los lomos de burros, o como se llaman correctamente “reductores de velocidad” no están reglamentados y mucho menos contemplados por la ley La legislación de la Argentina no reglamenta la construcción, instalación o utilización de las lomadas o lomos de burro. El marco normativo Nacional se integra, en lo sustancial, con la Ley de Tránsito (N°24.449) reglamentada por el Decreto 779/95, y complementada por la Ley de Tránsito y Seguridad Vial (N°23.363), que también creó la Agencia Nacional de Seguridad Vial. el artículo 22 titulado SISTEMA UNIFORME DE SEÑALAMIENTO, que reza: “La vía pública será señalizada y demarcada conforme el sistema uniforme que se reglamente de acuerdo con los convenios internos y externos vigentes. Sólo son exigibles al usuario las reglas de circulación, expresadas a través de las señales, símbolos y marcas del sistema uniforme de señalamiento vial. La colocación de señales no realizada por la autoridad competente, debe ser autorizada por ella…”

Para sumar inconvenientes al conductor de San Andrés de Giles, no debe existir un lomo de burro igual al otro, todos parecerían estar construidos a ojo de quien los construyo, no hay una normalidad en su extensión ni altura, en la ciudad se pueden encontrar de todas formas y tamaños, algunos puestos sobre las esquinas otros un poco mas atrás, pero casi ninguno en la misma ubicación. A esto hay que sumarle que muy pocos tienen un cartel indicador de su presencia y casi ninguno por no decir ninguno presenta algún tipo de pintura que le advierta a quien viene manejado de su presencia, de hecho hace algunos años uno recién construido en la avenida Scully que no tenía la más mínima proporción provoco un grave siniestro vial con una moto que era conducida por una joven. Además, cabe decir que sorpresivamente se los ve en lugares de poco transito y en otros como es el caso de la Avenida Morgan donde suelen circular vehículos a gran velocidad brillan por su ausencia. En definitiva, los reductores de velocidad son una gran deuda del municipio que deberá comenzar a ser subsanada.

WeCreativez WhatsApp Support
Quiere enviarnos noticias, comentarios o publicitar en nuestro medio?
👋 Hola!